Sin necesidad de más química que la que genera nuestro propio organismo el TRI (Touch Research Institute, Universidad de Miami) ha demostrado que a través del tacto, el primero de los sentidos que desarrolla el ser humano, puede llegar a tener efectos muy beneficiosos sobre la ansiedad, las migrañas e incluso llegar a fortalecer el sistema inmunológico.
Las más del medio centenar de estudios del TRI han demostrado desde hace años la importancia del masaje ya no sólo como complemento a la medicina tradicional, sino como medio vehicular de la salud. Según dichas investigaciones, los asmáticos que practican este tipo de terapias mejoran su capacidad respiratoria e incluso se ha probado que ayuda a tranquilizar e incrementa la recuperación de tejidos de pacientes víctimas de quemaduras como asegura C. Gillon Ward, de la Unidad de Quemados del hospital Jackson Memorial.
Al fin y al cabo, en nuestra piel tenemos más de cinco millones de receptores del tacto, de los que 3.000 de ellos se concentran en la yema de nuestros dedos. La presión rítmica o simplemente un suave roce, hace que la presión arterial de nuestro organismo disminuya, incluso en personas que se encuentran en coma profundo. Además, el tacto libera la producción de endorfinas produciendo cientos de combinaciones químicas y, por tanto, emocionales en nuestro cerebro. De hecho, según una reciente investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el cortex primario somatosensorial del cerebro se establecen las diferencias entre un roce o un arrumaco en función no solo al contacto físico en sí, sino también en base a una carga emocional.
Los masajes además ayudan a mejorar la circulación sanguínea y linfática, con importante mejoras en ciertos aspectos diarios. Por ejemplo, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Wawick, Reino Unido, los masajes ayudan a los niños a dormir mejor, llorar menos y sufrir menos estrés. En este mismo ámbito, otra investigación desarrollada en el TRI, apunta que, los bebés prematuros que recibían masajes diariamente aumentaban de peso más rápido y eran dados de alta 6 días antes que aquellos que no recibían este tratamiento.
Existen muchos tipos de masajes y en los últimos tiempos, tanto estos como las terapias de relajación basadas en la acción del agua, se han convertido en una auténtica moda social. De hecho junto con el crecimiento de esta tendencia han nacido sitios webs especializados en este tipo de tratamientos. Es el caso de Monazen, donde los propios especialistas ofrecen sus terapias ya sea de spa, masajes, y otros servicios con descuentos para que pasen de ser un lujo de la alta sociedad, a una método sano de eliminar el estrés laboral.
Fuente: Revista Muy Interesante
Las más del medio centenar de estudios del TRI han demostrado desde hace años la importancia del masaje ya no sólo como complemento a la medicina tradicional, sino como medio vehicular de la salud. Según dichas investigaciones, los asmáticos que practican este tipo de terapias mejoran su capacidad respiratoria e incluso se ha probado que ayuda a tranquilizar e incrementa la recuperación de tejidos de pacientes víctimas de quemaduras como asegura C. Gillon Ward, de la Unidad de Quemados del hospital Jackson Memorial.
Al fin y al cabo, en nuestra piel tenemos más de cinco millones de receptores del tacto, de los que 3.000 de ellos se concentran en la yema de nuestros dedos. La presión rítmica o simplemente un suave roce, hace que la presión arterial de nuestro organismo disminuya, incluso en personas que se encuentran en coma profundo. Además, el tacto libera la producción de endorfinas produciendo cientos de combinaciones químicas y, por tanto, emocionales en nuestro cerebro. De hecho, según una reciente investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el cortex primario somatosensorial del cerebro se establecen las diferencias entre un roce o un arrumaco en función no solo al contacto físico en sí, sino también en base a una carga emocional.
Los masajes además ayudan a mejorar la circulación sanguínea y linfática, con importante mejoras en ciertos aspectos diarios. Por ejemplo, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Wawick, Reino Unido, los masajes ayudan a los niños a dormir mejor, llorar menos y sufrir menos estrés. En este mismo ámbito, otra investigación desarrollada en el TRI, apunta que, los bebés prematuros que recibían masajes diariamente aumentaban de peso más rápido y eran dados de alta 6 días antes que aquellos que no recibían este tratamiento.
Existen muchos tipos de masajes y en los últimos tiempos, tanto estos como las terapias de relajación basadas en la acción del agua, se han convertido en una auténtica moda social. De hecho junto con el crecimiento de esta tendencia han nacido sitios webs especializados en este tipo de tratamientos. Es el caso de Monazen, donde los propios especialistas ofrecen sus terapias ya sea de spa, masajes, y otros servicios con descuentos para que pasen de ser un lujo de la alta sociedad, a una método sano de eliminar el estrés laboral.
Fuente: Revista Muy Interesante
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