Pranayama completo o respiración profunda

Les voy a dejar una técnica, que si nos proponemos y conseguimos llevar a cabo, mejorará considerablemente nuestro estrés, y nos ayudará a sentirnos mejor tonificados y con mayor vitalidad.


Entre las diferentes técnicas de respiración (Pranayama) que se practican en Yoga hay una que integra los tres modos de respirar (abdominal, costal y clavicular) en único movimiento, amplio y rítmico. Se trata de la respiración completa o profunda que, aunque se puede descomponer en distintas fases, consiste en un proceso uniforme, continuo y completo en toda la cavidad torácica, desde el diafragma hasta el punto más elevado del pecho, en la región clavicular.

La respiración yóguica completa comienza con la inspiración abdominal (puraka), que no debe ser un trabajo de los músculos de la cintura sino simplemente la relajación del vientre. El proceso respiratorio se inicia cuando el diafragma desciende ejerciendo una leve presión sobre los órganos abdominales y empujando la pared frontal del abdomen. El movimiento del diafragma masajea suavemente todo el abdomen y llena de aire la base de los pulmones.

A continuación, se separan las costillas inferiores y, de esta forma, los pulmones se llenan en su región media. Finalmente el aire se lleva hasta la parte superior de los pulmones utilizando el espacio de las clavículas, adelantando la parte superior del pecho mediante las 6-7 costillas superiores. En el movimiento final la parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente para apoyar a los pulmones y llenar su parte superior.

En la práctica de la respiración completa la espiración (rechaka) no es más que la relajación de los músculos respiratorios comenzando desde la zona alta (clavicular) A continuación el tórax se hunde bajo su propio peso y, al hacerlo, continúa expulsando el aire. La última etapa de la espiración puede ayudarse con la contracción de los músculos abdominales, que termina expulsando los últimos restos de aire viciado.
Retener el aliento

La respiración completa se puede realizar con retención de la respiración (Kumbhaka), una práctica que se incluye en casi todas las prácticas de Pranayama. No en vano, el objetivo de estas técnicas de respiración es alcanzar Keval Kumbhaka, que equivale al estado de samadhi (iluminación o estado superior de la consciencia) En los Aforismos de Patanjali, los Yoga Sutras, en el capítulo II se recoge: "Después de haber practicado las asanas, el pranamaya es la cesación del movimiento en la inhalación y la exhalación".
Hay dos tipos de retenciones (Kumbhaka)

    * Con los pulmones llenos de aire (Antara Kumbhaka) después de la inhalación: produce la principal asimilación de prana (energía vital) y la concentración se hace más profunda.
    * Con los pulmones vacíos de aire (Ahya Kumbhaka) tras la exhalación: genera sensación de vacío, equilibrio y serenidad llegando, incluso, al cese de actividad del pensamiento.

Aunque pueda parece contradictorio con uno de los principales beneficios de las técnicas de respiración (aumentar la oxigenación de la sangre), el principal efecto de Kumbhaka consiste en preparar al sistema nervioso para tolerar un porcentaje mayor de anhídrido carbónico en el organismo, lo que provoca la dilatación de los capilares del cerebro.
Recomendaciones

    * La respiración completa puede practicar a cualquier hora del día, ya sea tumbado o sentado.
    * Todo el proceso respiratorio debe ser cómodo, relajado, lento y silencioso.
    * Respirar (inhalar y exhalar) sólo por las fosas nasales.
    * Evitar las inhalaciones bruscas.
    * En la fase respiración costal, concentrarse en la separación de las costillas para que los pulmones sigan llenándose de aire.
    * Practicar las retenciones de aire sólo para la supervisión de un profesor experimentado.

Beneficios del Pranayama completo o respiración profunda

    * Tonifica el sistema respiratorio.
    * Regula el ritmo cardíaco, sobre todo si éste se encuentra acelerado.
    * Estimula el corazón al masajearlo.
    * Favorece los movimientos peristálticos, es decir, el funcionamiento del estómago, el bazo, los riñones, el páncreas, el hígado y la vesícula.
    * Activa el sistema linfático, por el que se eliminan las toxinas.
    * En el aspecto psicológico, desarrolla la atención y concentración, la autoconfianza, el autodominio, el entusiasmo vital y la tranquilidad de la mente.

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